Argentina vive una coyuntura económica complicada, y la historia de crisis cíclicas parece repertirse una vez más con una constante: la devaluación y pérdida de valor del peso argentino contra el dólar norteamericano.
Unos de los cimbronazos más grandes que se sintió últimamente fue tras el resultado de las elecciones primarias, que trajo como una de sus consecuencias, la caída de los mercados y la disparada en el precio del dólar.
Con este escenario, pero también considerando fuertes crisis que ya se vivieron anteriormente, no es raro que en Argentina algunos hayan optado por buscar una alternativa como reserva de valor, y pusieron así el foco en las criptmonedas en general y en el Bitcoin en particular, ya que es la primera, la más fuerte y la más conocida.
Cabe destacar que la opción de tener Bitcoin como resguardo contra la inflación no es algo de este año, sino que algunos ya lo vieron años atrás. Y los fundamentos están a la vista, porque -aún con su alta volatilidad- permite evitar depreciaciones muy fuertes del peso argentino o medidas repentinas de cualquier gobierno de turno, así como la inflación. Un dato no menor además, es que en Argentina tuvo en su historia algunos ejemplos de confiscaciones de depósitos, lo que hace pensar también en Bitcoin como una alternativa que no depende de ningún gobierno ni de ningún político.
A todo esto, hace falta agregarle que Bitcoin viene marcando máximos históricos en el precio en Argentina. Si bien en dólares todavía no está cerca de los casi USD 20,000 que llegó a valer un Bitcoin a fines de 2017, en pesos argentinos el Bitcoin ha roto marcas. Todo estro muestra que a pesar de la alta volatilidad, de las bruscas caídas de precios, tener Bitcoin en Argentina siguió siendo una buena opción para resguardarse.
Algunos piensan que Bitcoin se puede posicionar en la próxima década junto al oro como dos alternativas al momento de buscar reservas de valor que no estén atadas a las monedas fiduaciarias, bonos y/o acciones.
Cabe recordar que Bitcoin cuenta con varias características que lo hacen no sólo atractivo por su posibilidad de generar ganancias con cambios de precio, sino también el hecho de que exista una emisión programada en el tiempo que evita la inflación, ser un activo escaso y depender del mercado de oferta y demanda.
Con este panorama, se hace patente la fragilidad del sistema económico y político en Argentina, y a nivel mundial, el cuestionamiento sobre el sistema bancario y financiero tradicional, se suman a esta fórmula de inestabilidad. A diferencia de la falta de confianza que ya existe en muchos ciudadanos para con sus gobiernos o entidades bancarias privadas, Bitcoin ofrece una cualidad que parece ser paradógica: no se necesita confianza en un tercero.
El presidente de la ONG Bitcoin Argentina, Rodolfo Andragnes, escribió una columna de opinión recientemente para un medio argentino y allí manifestó: "Aunque no lo parezca, la raíz de la crisis argentina no es económica sino de confianza y esto trae aparejado dos grandes problemas. Por un lado, la confianza es muy fácil de perder pero lleva tiempo recuperar, y por el otro, toda construcción de valor se basa en ella y el valor del peso argentino no es ajeno a esto", opinó Andragnes. Para Andragnes queda demostrado que el dinero en el banco no es de los ciudadanos y también, que el valor del dinero fiat está sólo respaldado por la credibilidad de su emisor. Así opinó sobre lo que está ocurriendo: "A pesar de que los argentinos confiamos en el dólar, y que con cepo estamos limitados para comprarlo, su supremacía global también está siendo puesta en duda y con ello su valor futuro".